El clima es el proceso físico que determina dónde y cuándo brilla el sol. Varios elementos y masas de aire interactúan para influir en el clima. Los ciclones de latitud media y los frentes meteorológicos son ejemplos. Las tormentas eléctricas ocurren cuando el aire llega a este límite y se vuelve caótico. Pueden producir lluvia, nieve, rayos e incluso granizo. Varios factores contribuyen a la previsión del clima, como la elevación y la proximidad a los cuerpos de agua. Además, la temperatura, la humedad y la velocidad del aire afectan el clima.
Una parcela de aire llamada neutral es una que no experimenta una aceleración de flotantes cuando se desplaza verticalmente. En los Estados Unidos, este valor se produce una vez cada 30 años, mientras que puede ser irregular y ocurre con poca frecuencia. Otras palabras que tienen importancia meteorológica incluyen orográfico (relacionado con montañas) y nublado (relacionado con las nubes). Si bien estos términos no están necesariamente relacionados entre sí, están relacionados. Los pronósticos meteorológicos para diferentes ubicaciones en el mundo son a menudo diferentes.
La temperatura, la humedad, la precipitación, el viento, la nubesidad y la presión atmosférica son factores que afectan el clima. Sin embargo, el sol es un factor clave en el ciclo diurno. Estos elementos son responsables de causar los cambios de temperatura y humedad. Estos elementos también contribuyen a la precipitación y al clima general. Esto significa que sus temperaturas diurnas y nocturnas pueden diferir hasta 10 grados. Estas condiciones se denominan ciclones y son un tipo de huracán.